Una
democracia sana y participativa debe asegurar los derechos y las
libertades de mujeres y hombres de forma equitativa, además, debe
impregnar todos los ámbitos y organizaciones de nuestra sociedad,
incluidas las escuelas y las familias. La Coeducación hunde sus
raíces en el Feminismo, gracias a él se nutre y está en revisión
permanente.
Este modelo educativo nace en nuestro país con las corrientes de
renovación pedagógica a partir de la II República y apuesta por el
análisis crítico y la desaparición de aquellos mecanismos
estructurales, prácticos e ideológicos que favorecen el sexismo
dentro y fuera de las aulas.
Coeducar para la participación ciudadana a niñas y niños supone un reto importante en nuestro centro, se necesitan personas libres, críticas y bien formadas que cuestionen un sistema patriarcal que favorece las discriminaciones y la violencia estructural contra las mujeres.
Por ello, constituye un objetivo prioritario en nuestras aulas, el incentivar al alumnado a aprender a mirar en los márgenes del discurso androcéntrico dominante. Donde se crean iniciativas y propuestas creativas que favorecen la igualdad, la diversidad y la sostenibilidad de la vida.
Les invito a ver los siguientes vídeos y a reflexionar sobre las situaciones injustas, de desventaja, de menosprecio, etc, hacia la mujer.
Busquemos una nueva manera de mirar al mundo...
1.-
El vídeo de la ONU que quiere acabar con los estereotipos de género.
2.-
¿Reconoces los micromachismos?
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