lunes, 18 de febrero de 2019

No hay límites para el éxito


    Sabías que

   Michael Phelps es considerado el mejor nadador olímpico de todos los tiempos. Todo el mundo pensaba que ningún nadador sería capaz de ganar 8 medallas de oro en sólo unos Juegos Olímpicos. Michael hizo exactamente eso y tiene 19 medallas olímpicas, ¡5 de las cuales son de oro!.
   
   Lo destacable de él es que cuando era niño sufría TDAH (trastorno por déficit de atendión e hiperactividad). La mayoría de la gente asume que las personas con TDAH sufren de inquietud, impulsividad y una capacidad de atención muy baja. Pero también tienen una increible capacidad de permanecer hiper-concentrados en una actividad que les apasiona. Michael ha sido capaz de sacarle mucho partido a esto al canalizar su energía y enfoque. Tanto que ha sido capaz de explotar el lado positivo del TDAH.

   Phelps ha demostrado que pueden vencer a los nadadores más disciplinados y fuertes del mundo y es un ejemplo inspirador para cualquier persona. Tiene otro secreto: visualizar el éxito antes de que comience cualquier carrera. Empezó con esta costumbre a los 7 años. Se dio cuenta de que no hay límites para el éxito y si tienes pasión por tus objetivos, nada puede detenerte.

   “Nadie va a poner un límite a lo que estoy haciendo. Voy a hacer lo que quiero hacer, cuando quiero hacerlo. Así es como yo siempre he trabajado. Si quiero algo salgo a buscarlo”. Michael Phelps.

Fuente:

sábado, 9 de febrero de 2019

Bonita reflexión del escritor Jorge Bucay.

EL VERDADERO VALOR.
Erase una vez un joven que acudió a un sabio en busca de ayuda.

- Vengo, maestro, porque me siento tan poca cosa que no tengo fuerzas para hacer nada. Me dicen que no sirvo, que no hago nada bien, que soy torpe y bastante tonto. ¿Cómo puedo mejorar? ¿Qué puedo hacer para que me valoren más?.

El maestro, sin mirarlo, le dijo:

- Cuánto lo siento, muchacho, no puedo ayudarte, debo resolver primero mi propio problema. Quizás después…- Y haciendo una pausa agregó -Si quisieres ayudarme tú a mí, yo podría resolver este tema con más rapidez y después tal vez te pueda ayudar.

- Encantado, maestro -titubeó el joven pero sintió que otra vez era desvalorizado y sus necesidades postergadas. – Bien- asintió el maestro. Se quitó un anillo que llevaba en el dedo pequeño de la mano izquierda y dándoselo al muchacho, agregó -Toma el caballo que está allí afuera y cabalga hasta el mercado. Debo vender este anillo porque tengo que pagar una deuda. Es necesario que obtengas por él la mayor suma posible, pero no aceptes menos de una moneda de oro. Vete y regresa con esa moneda lo más rápido que puedas.

El joven tomó el anillo y partió. Apenas llegó, empezó a ofrecer el anillo a los mercaderes. Estos lo miraban con algún interés, hasta que el joven decía lo que pretendía por el anillo. Cuando el joven mencionaba la moneda de oro, algunos reían, otros le daban vuelta la cara y solo un viejito fue tan amable como para tomarse la molestia de explicarle que una moneda de oro era muy valiosa para entregarla a cambio de un anillo. En su afán de ayudar, alguien le ofreció una moneda de plata y un cacharro de cobre, pero el joven tenía instrucciones de no aceptar menos de una moneda de oro y rechazó la oferta.

Después de ofrecer su joya a toda persona que se cruzaba en el mercado -más de cien personas- y abatido por su fracaso, montó su caballo y regresó.

Cuánto hubiera deseado el joven tener él mismo esa moneda de oro. Podría entonces habérsela entregado al maestro para liberarlo de su preocupación y recibir entonces su consejo y ayuda. Entró en la habitación. – Maestro – dijo - lo siento, no es posible conseguir lo que me pediste. Quizás pudiera conseguir dos o tres monedas de plata, pero no creo que yo pueda engañar a nadie respecto del verdadero valor del anillo. - Qué importante lo que dijiste, joven amigo -contestó sonriente el maestro-. Debemos saber primero el verdadero valor del anillo.

Vuelve a montar y vete al joyero. Quién mejor que él, para saberlo. Dile que quisieras vender el anillo y pregúntale cuánto da por él. Pero no importa lo que ofrezca, no se lo vendas. Vuelve aquí con mi anillo.

El joven volvió a cabalgar. El joyero examinó el anillo a la luz del candil, lo miró con su lupa, lo pesó y luego le dijo: – Dile al maestro, muchacho que si lo quiere vender ya, no puedo darle más de 58 monedas de oro por su anillo.

- ¡58 monedas! - exclamó el joven.

- Sí, replicó el joyero- Yo sé que con tiempo podríamos obtener por él cerca de 70 monedas, pero no se… si la venta es urgente…

El joven corrió emocionado a casa del maestro a contarle lo sucedido. - Siéntate -dijo el maestro después de escucharlo-. Tú eres como ese anillo: una joya, valiosa y única. Y como tal, sólo puede evaluarte verdaderamente un experto. ¿Qué haces por la vida pretendiendo que cualquiera descubra tu verdadero valor?. 



martes, 5 de febrero de 2019

Nuevos referentes femeninos con agenda.



   ¿Se han preguntado alguna vez porqué cuando una niña decide llevar la iniciativa y dar un paso adelante para liderar acciones que requieren la toma de decisiones suele encontrarse con el rechazo, la crítica o la burla de su entorno inmediato?. La palabra “mandona”, aunque tiene una connotación claramente peyorativa, sirve para definir a las niñas que toman la palabra y lideran sin miedo cualquier iniciativa, reto o juego que se les ponga por delante. Nuestra cultura de género lleva muy mal que las niñas sean resolutivas, contestatarias, decididas y con gran capacidad de liderazgo. De ahí que palabras como redichas o sabihondas nos suenen familiares cuando se utilizan para nombrar a las niñas que rompen la horma para las que no creen estar bien hechas.

Educar a las niñas para que interioricen que ellas tienen mucho que decir y construir en nuestra sociedad es fundamental, para que las mujeres del futuro asuman el protagonismo de sus vidas y de sus cuerpos no sólo en la esfera privada sino también pública. El espacio público es el lugar donde se toman las grandes decisiones que rigen y organizan nuestra sociedad en su conjunto. En las últimas décadas, las mujeres se han incorporado de forma masiva a la educación y al mercado laboral, pero los hombres, en su mayoría, no han contribuido de manera corresponsable al trabajo doméstico y de cuidados, por lo que éstas deben asumir una gran carga de trabajos si quieren seguir adelante con sus carreras profesionales. Una sociedad justa e igualitaria necesita referentes femeninos con agenda que se extiendan como una gran mancha de aceite en todos los ámbitos de nuestra cultura. Que las mujeres participen en la toma de decisiones aportando nuevas estrategias y puntos de vista que cambien las reglas del juego, facilitará la creación de un mundo más equitativo.
¡Las niñas de hoy serán las mujeres del mañana! Educar a las niñas en el emprendimiento, el liderazgo y la participación social y cultural contribuye al progreso. Por ello, podemos empezar por:
* Tener en cuenta a las niñas valorando y visibilizando sus logros y aportaciones.
* Erradicar conductas y expresiones sexistas que perpetúan la discriminación y la violencia contra las niñas y las mujeres. La palabra “nenaza” es un insulto. ¿Desde cuando ser niña es algo malo?.
* Invitar a las niñas a tomar la palabra en público y a que se lideren iniciativas individuales y colectivas.
* Promover debates de forma justa y equilibrada para que niños y niñas aprendan a hablar en público y a argumentar sus puntos de vista respetando los turnos de palabra y las opiniones ajenas. ¡Es importante que niñas y niños tengan su propia voz y se hagan oír por igual!.
* Nombrar a las niñas y a las mujeres porque son más de la mitad de la población mundial. El lenguaje no sexista es inclusivo y refleja una realidad diversa, justa e igualitaria.
* Promover relaciones igualitarias a través de juegos y del reparto no sexista de responsabilidades.
* Visibilizar la vida y obra de mujeres que son referentes con poderío en el mundo de la economía, la política, la empresa u otros espacios de poder.