¿Se
han preguntado alguna vez porqué cuando una niña decide llevar la
iniciativa y dar un paso adelante para liderar acciones que requieren
la toma de decisiones suele encontrarse con el rechazo, la crítica o
la burla de su entorno inmediato?. La palabra “mandona”, aunque
tiene una connotación claramente peyorativa, sirve para definir a
las niñas que toman la palabra y lideran sin miedo cualquier
iniciativa, reto o juego que se les ponga por delante. Nuestra
cultura de género lleva muy mal que las niñas sean resolutivas,
contestatarias, decididas y con gran capacidad de liderazgo. De ahí
que palabras como redichas o sabihondas nos suenen familiares cuando
se utilizan para nombrar a las niñas que rompen la horma
para las que no creen estar bien hechas.
Educar
a las niñas para que interioricen que ellas tienen mucho que decir y
construir en nuestra sociedad es fundamental, para que las mujeres
del futuro asuman el protagonismo de sus vidas y de sus cuerpos no
sólo en la esfera privada sino también pública. El espacio
público es el lugar donde
se toman las grandes decisiones que rigen y organizan nuestra
sociedad en su conjunto. En las últimas décadas, las mujeres se han
incorporado de forma masiva a la educación y al mercado laboral,
pero los hombres, en su mayoría, no han contribuido de manera
corresponsable al trabajo doméstico y de cuidados, por lo que éstas
deben asumir una gran carga de trabajos si quieren seguir adelante
con sus carreras profesionales. Una sociedad justa e igualitaria
necesita referentes femeninos con agenda que se extiendan como una
gran mancha de aceite en todos los ámbitos de nuestra cultura. Que
las mujeres participen en la toma de decisiones aportando nuevas
estrategias y puntos de vista que cambien las reglas del juego,
facilitará la creación de un mundo más equitativo.
¡Las niñas de hoy serán las
mujeres del mañana! Educar a las niñas en el emprendimiento, el
liderazgo y la participación social y cultural contribuye al
progreso. Por ello, podemos empezar por:
* Tener en cuenta a las niñas
valorando y visibilizando sus logros y aportaciones.
* Erradicar conductas y
expresiones sexistas que perpetúan la discriminación y la
violencia contra las niñas y las mujeres. La palabra “nenaza” es
un insulto. ¿Desde cuando ser niña es algo malo?.
* Invitar a las niñas a tomar
la palabra en público y a que se lideren iniciativas individuales y
colectivas.
* Promover debates de forma
justa y equilibrada para que niños y niñas aprendan a hablar en
público y a argumentar sus puntos de vista respetando los turnos de
palabra y las opiniones ajenas. ¡Es importante que niñas y niños
tengan su propia voz y se hagan oír por igual!.
* Nombrar a las niñas y a las
mujeres porque son más de la mitad de la población mundial. El
lenguaje no sexista es inclusivo y refleja una realidad diversa,
justa e igualitaria.
* Promover relaciones
igualitarias a través de juegos y del reparto no sexista de
responsabilidades.
* Visibilizar la vida y obra
de mujeres que son referentes con poderío en el mundo de la
economía, la política, la empresa u otros espacios de poder.
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